miércoles, 17 de diciembre de 2008

juegos de mayores

Barbie pide disculpas y sube rápidamente los escalones dorados de la Mansión Malibú. Entra en su habitación de colores pastel, tira sus zapatos transparentes en el suelo y lanza la americana blanca sobre la cama. Busca frenéticamente en su armario de zapatos, mientras una lágrima se desliza por su cara. Por fin, encuentra el par de zapatos perfectos: los negros, los que le encantan. Se acerca a su tocador Belleza Mágica. Ya no sabe qué usar para disimularlo. Coge el corrector labial y apenas reconoce su mano temblorosa cubriendo la marca morada. Suelta el corrector y recompone la maraña de pelo en que se ha convertido su peinado. No se atreve a detener su mirada en el espejo. No quiere mirar. No puede.

-¿Lista, preciosa?

Barbie se sobresalta al advertir el reflejo de Ken en el espejo. Asiente con la cabeza mientras exhibe una sonrisa perfectamente ensayada. Ken coloca el abrigo sobre los hombros de ella. Suben en el Ferrari rojo y se alejan rápidamente. Hoy hay una fiesta en la casa de la playa de Chabel. Todos van a estar ahí. Y Barbie sonríe, porque Ken se porta bien cuando están todos. Y además, es la chica más guapa de la fiesta. No hay razón para estar triste, porque Ken le ofrece un Martini y le da un beso. No hay razón para pensar que algo va mal. Pero palpa el interior de su bolso y comprueba que el corrector sigue ahí, en el mismo sitio, entre su espejito de mano y su perfume Magic Star.


-¡¡¡Martaaaaa!!! ¡A cenar!!


Marta cierra la casa de Chabel de un golpe, dejando dentro a Barbie, a Ken y a todos los invitados. Camina hasta la cocina, pensando en cómo va a continuar la fiesta de sus juguetes. Se sienta y observa ese ojo hinchado de su madre, otra vez. Su madre le dedica una mirada tibia, de vergüenza, y le pide que le pase la sal.


Elena
Taller de relato

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Es el tipo de relato que me gusta leer, por el impacto y por la capacidad de no dejarte indiferente. Y la forma de contarlo y de dar juego a esta problemática tan actual como dramática, es realmente original.

Ainara

Sonia dijo...

A mi también me ha encantado. Refleja a la perfección cómo los hijos reproducen los patrones de conducta de sus padres. Es la triste realidad de la mayoría de las personas maltratadas, que lo ven como normal, pues suelen haberlo vivido antes en casa, y lo mismo pasa con los maltratadores.
Muy bien contado. Felicidades.

Manuel Santos dijo...

Me ha parecido genial. Genial.
De la primera a la última palabra.

milagros dijo...

En pocas líneas muchas verdades. Me ha gustado mucho. Estoy totalmente de acuerdo con las demás opiniones.
Felicidades.

Anónimo dijo...

Muy bien llevada la fantasía de la niña hasta encontrarla en su vida real y su forma de vivir el maltrato.
Un gran saludo.

Juanmi dijo...

Me sumo a lo ya dicho. No se puede añadir nada más.

Grandísimo.

Aula de Escritores dijo...

Elena,

es muy bueno, te felicito, porque vas descubriendo poco a poco que va del maltrato, encima con cosas que todos conocemos como la barbie y el ken. Pero no sabes como va a acabar la historia, ni por donde va a salir el autor. Y acabas con que una niña estaba jugando con sus muñecas reproduciendo lo que ve en su casa!!!!
Te felicito, de verdad.

Judi Cuevas