lunes, 16 de marzo de 2009

Manera simplificada de meter un elefante (o más) en un cenicero


Lo primero que debe hacer el lector – una vez que ha decidido que esto es lo que quiere hacer – es determinar qué clase de elefante usará para esta hazaña. El lector común, que en ningún momento habría de prestar la menor atención a estas reglas, seguramente desconoce la diferencia básica entre una elefante africano y uno asiático. Dado que el africano tiene un mes más de gestación que el asiático resulta entonces evidente – y pido disculpas por escribirlo explícitamente – que se debe escoger el africano. Si el objetivo es meter más de un elefante en el cenicero, recomiendo ampliamente – sobre todo porque el objetivo ya por sí solo resulta un tanto complicado – utilizar un único tipo de elefante. Es decir, si nos hemos decidido por el africano, entonces todos los elefantes han de ser africanos. Lo más conveniente resulta entonces trasladarse, digamos, hasta Kenia. Antes de partir debe usted asegurarse de empacar el elemento primordial para este viaje: el cenicero. Pido perdón nuevamente si en algún momento mi explicación resulta excesivamente detallista. No pretendo con esto insultar su inteligencia, muy por el contrario, mi intención es asegurarme que yo no he olvidado ningún paso que sea fundamental para el cumplimiento de esta misión.

Lo más sencillo es volar hasta Nairobi y, una vez allí, contratar los servicios de algún guía local. Diríjase luego, junto con él, a la sabana arbustiva que limita con Tanzania. Sé que puede usted pensar que resultaría más ventajoso ir al Masai Mara, conocido por su fauna excepcional, pero debo advertirle, si tiene a bien usted escucharme, que el gobierno ha colocado múltiples unidades contra la caza furtiva. Esto sólo añadiría complicaciones innecesarias a esta elemental tarea.

Ya en la sabana habrá usted completado la parte más engorrosa de la misión. Ahora sólo debe sentarse a esperar. En cuanto divise al elefante, dispárele los dardos reductores que debe haber empacado junto con el cenicero. Espero no haberme olvidado de decírselo, pues no se consiguen en ninguna parte del Serengueti. Los dardos tardan unas horas en hacer efecto. Durante este tiempo puede aprovechar para descansar o para empezar a recoger el campamento que usted y su guía local habrán, indiscutiblemente, armado para hacer la espera un poco más placentera.

Luego de unas cuatro o cinco horas, tome el cenicero y acérquese al elefante caído. Ya para este momento deberá haberse reducido lo suficiente. Claro, el tiempo necesario de reducción será proporcional al tamaño del cenicero que haya escogido. Levante entonces al elefante y compruebe si ya cabe. De no ser así, déjelo reposar un par de horas más. Continúe durmiendo o recogiendo el campamento. Una vez que el elefante haya alcanzado el tamaño justo, colóquelo dentro del cenicero. Si había usted decidido meter más de un elefante, repita el procedimiento hasta que tenga el número de elefantes deseado.

Paula Martínez Streignard

Ejercicio Binomio Fantástico Elefante-Cenicero

8 comentarios:

Irène dijo...

Paula,

Excelente binomio, es muy fino y escrito con mucha ironía.
Brillante!

Irène

milagros dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Irene, genial.

Sonia dijo...

Muy bueno. Desde la primera línea me ha mantenido con una sonrisa en los labios. Me encanta el tono en el que está escrito y el surralismo de todo el relato en si.

Anónimo dijo...

Buenísimo, me ha encantado. Viva el surrealismo!

Marien dijo...

Hola Paula,
Tu relato es fantástico, increible pero no he dejado de disfrutarlo en ningún momento, y aunque sabía que no puede ser estaba intrigada hasta el final. Yo también tengo el ejercicio sobre el mismo binomio y me encanta ver como cada una hemos escrito una historia diferente. La tuya es insuperable.
Felicidades, compruebo que siempre podemos sorprendernos.

Anónimo dijo...

Hola a todas,

Son ustedes una audiencia verdaderamente excepcional, siempre alentándonos y dándonos motivos para seguir escribiendo. Les agradezco infinitamente sus comentarios y me alegra muchísimo saber que han disfrutado del binomio.
Marien, no he tenido oportunidad de leer el tuyo :( y me encantaría poder hacerlo. Espero que lo cuelgues en el blog. He leido el de Mar y el de Teresa y me han encantado. Como bien dices, es impresionante como cada quien ha escrito algo tan diferente partiendo de las mismas palabras.

Saludos a todas y gracias por estar ahí!!
Paula

Mar Cano Montil dijo...

Sorprendente, socarrón y muy, muy hilarante...¡Viva la imaginación!
Un abrazo

Juanmi dijo...

Aisssss............ El hombre y su manía de adaptar a él la naturaleza, a veces por puro capricho, en vez de adaptarse él...

Le estoy empezando a coger el punto al subrealismo, aunque no sea mi estilo preferido.

Hay una cosa que me ha gustado en especial, y es que con la idea básica "Cómo metes a un elefante o más en un cenicero? Pues con una inyección", haces un relato entero. Confieso que esperaba algo más complicado, y que me ha sorprendido la simplicidad de la resolución.

Ahora bien, también he de decirte esto otro Paula: Como manual de instrucciones está estupendo, es original, se entiende bien. Pero tengo la sensación de que lo que engancha, lo que hace seguir leyendo es el hecho subyacente de que, en principio, lo que se pretende es imposible y el lector lo sabe, igual que sabe que el objetivo se cumplirá por más inverosímil que sea. Como ver una película de Indiana Jones, que ya sabes que salvará al mundo, se quedará con la chica y conseguirá el tesoro, y tú sólo ves la peli para saber cómo lo consigue. Es un logro que solamente con la idea consigas eso, pero para mi particular gusto le falta argumento, una historia, que pasen cosas. No te diré que le falta carga dramática, porque entiendo que para nada es el objetivo de tu relato, pero si hecho de menos algo de emoción. Das unas instrucciones precisas que incluyen una acción mínima (viaje a Nairobi), y lanzas una reflexión, cosa que me encanta, pero la brevedad argumental es despreciable en relatos con mucha carga lírica, donde la profundidad de lo que se cuenta, las sensaciones, ideas, reflexiones y sentimientos son lo importante. Aunque tu relato no está carente de significado, al menos para mi, no es eminentemente lírico, y eso me crea la sensación de que necesita más eje y más nucleos de acción.

Esto es sólo mi opinión Paula, te la doy desde el cariño, y desde la premisa de que también yo estoy aquí para aprender.