jueves, 9 de abril de 2009

Mi impactante suerte

Mi padre solía decir que estábamos a merced de la suerte; yo le respondía que forjaría la mía. Aprendí esgrima con grandes maestros, monta con los más diestros jinetes. Cuando conseguí destacar entre las filas de nuestro ejército, y la propia reina me reclamó ante su presencia, elegí con el máximo cuidado traje, peluca y sable. Ya ante ella, le dediqué la más profunda de las reverencias, de tal guisa, que el extremo de la vaina de mi sable tuvo a bien ascender trazando un arco, deteniéndose abruptamente en las más nobles partes de mi dolorido rey.


Micro-relato para una cena

(Dedicado a Irène, Judi, Sonia, Juanmi, Mariano e Ignasi)

Joan Villora Jofré


2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno, Joan.
Ya mei magino la cara de tu admirado rey

Un saludo

Juanmi dijo...

...Y es que a veces la suerte se empeña en triturar en un segundo lo que hemos construido en media vida.

Me reí mucho, ya lo sabes.

Para la próxima cena, tráete uno tipo H. P. Lovecraft, con Cthulhu incluido jejejejejejeje.