miércoles, 29 de abril de 2009

La mesa

Cuando la guerra, mi amiga Fátima y yo, tan pronto oíamos sonar las sirenas, corríamos asustados a mi casa a refugiarnos debajo de la vetusta mesa de roble. Una de esas veces, después de un duro bombardeo que duró horas, me quedé dormido y soñé que generales y mandatarios de ambos bandos firmaban la paz sobre esa misma mesa. Al despertar, Fátima seguía conmigo y el brillo de sus lágrimas en la oscuridad encendieron mi corazón. Nos amamos por primera vez, sin importarnos qué ocurría ahí fuera.




Ignasi Raventos
Curso de Narrativa. Ejercicio de microrelato

4 comentarios:

Mar Cano Montil dijo...

Ignasi, ¡Es bonito hacer el amor, mientras fuera se hace la guerra!

Unknown dijo...

El amor lo puede todo

milagros dijo...

Ignasi, un microrelato muy bonito.

Marien dijo...

El amor y la guerra es una mezcla que da lugar a bonitas historias.