domingo, 19 de abril de 2009

LA CAJA

LA CAJA

Soy marrón claro, de cartón rugoso, resistente, de forma cúbica con laterales que ensamblan a la perfección. Toda yo de material reciclable, más que nada por estar al día. De tamaño mediano tirando a grande, soy amplia y cómoda, doy facilidades para el correcto embalaje de todo tipo de objetos. Aunque no soy resistente al agua aguanto bien las humedades. Mi único defecto es que necesito la ayuda de cinta de aislar para no desfondarme.                                   Vivo plegada en cualquier almacén, debajo de una cama, en un armario, y no tomo mi forma corpórea hasta que me necesitan. Estoy orgullosa de mi misión en la vida, facilitarle la vida a los humanos, permitirles trasladarse con comodidad, almacenar o simplemente arrumbar la más variada y rica colección de objetos. Soy la guardiana de los recuerdos más personales de una vida, la chófer de un sin fin de artefactos necesarios para la misma, la amiga útil en todo momento.                                                                                                                                                    Mi vida es relativamente larga y me permite conocer a profundidad los más recónditos pensamientos y sentimientos de mis dueños. Según el contenido puedo saber con certeza qué es lo que está pasando a mi alrededor. Por eso soy feliz.                                                                  Tengo además montones de hermanas. Unas más grandes que yo y otras pequeñitas que requieren mis consejos y atenciones. Sin embargo, de mis hermanas menores aprendí muchas cosas. Ellas guardan objetos pequeños en tamaño pero inmensos en valor, también suelen contener accesorios muy necesarios como agujas, botones, clips, etc… ellas me enseñan la importancia del orden en el quehacer de cada día.                                                                            Por todo esto estoy orgullosa de mí misma y de mi especie, y, a diferencia de otros recipientes, mi vida no suele contener grasos elementos. Ni qué decir que espero mi muerte serenamente. Yo no voy a ser enterrada y olvidada. Seré reciclada y por lo tanto tendré vida eterna en cualquier otra forma de existencia, pero siempre útil y servicial.

Libertad Ordovás Joven            

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