miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mis tres deseos

Queridos Reyes Magos:

Este año he sido muy bueno. Mi mamá dice que soy el niño más bueno del mundo, pero yo no me lo creo, porque en el mundo hay muchos niños que son muy buenos, como mi amigo Lucas, que es mi amigo para siempre. Pero claro, mi mamá me quiere mucho y tampoco conoce a otros niños. He hecho los deberes todas las tardes y me he comido todo lo que mamá me ponía en el plato y luego he recogido la mesa. He sido muy obediente y me he quedado en mi cuarto callado y tapándome los oídos cuando mamá oía la llave de la puerta y me decía que no saliera de allí pasara lo que pasara. Me he escondido debajo de la manta de la cama cuando oía las voces de papá y los lloros de mamá. No quería que él se enterara de que estaba rezando para que se fuera para siempre. Mamá dice que es un hombre bueno y que me quiere mucho, pero a mi no me gusta que esté en casa, porque mamá no habla ni me lee cuentos ni juega conmigo, solo me manda a mi cuarto y se pone a cocinar la cena muy rápido. Después de mucho rato, ella viene a verme con la cara rara, como de colores, y se mete en mi cama y llora pensando que yo no la oigo porque estoy dormido, pero ella nunca me ha descubierto. También ayudé a mamá a recoger los cristales del suelo del baño aquel día que papá le dio un puñetazo a la puerta de la bañera cuando ella se estaba duchando. Creo que era un día de fiesta porque yo no tenía que ir al colegio y mamá y yo fuimos a comprar una cortina que colgamos por la tarde. Ella dijo que una cortina no se rompería y que costaba menos dinero. Tampoco les conté a mis abuelos lo que pasa cuando muchas noches papá entra en la cocina con una botella hablando raro y muy alto y caminando como si se fuera a caer, cuando agarra a mamá y se la lleva por el pasillo y se encierran en su habitación. Luego no sé lo que hacen, pero se oyen golpes y gritos y yo corro a meterme en mi cama y empiezo a rezar muy bajito. No se lo he contado a nadie, porque ella dice que es nuestro secreto. Yo pienso que mamá también es buena porque es muy obediente con papá.

Y como hemos sido buenos, este año os pido tres cosas: quiero que un día papá se pierda por la calle y no sepa volver a casa. Que no vuelva nunca. Para mamá os pido unas tiritas mágicas, para que le dejen de sangrar sus heridas y no le duelan más. Y para mí os pido lo más difícil. Quiero que cuando sea mayor, pierda la fuerza. No quiero tener fuerza en las manos para no pegar puñetazos como él, no quiero tener fuerza en la voz para no gritar como él, y tampoco quiero tener sed para no beber tanto como él. Y si no podéis cumplirme este deseo, os pido algo más fácil: convertirme en Pedro. Que me enseñéis el camino hasta lo alto de una montaña, donde pueda sacar mi rebaño de ovejas todas las mañanas, con Niebla siguiéndome a todas partes y el abuelito regañándome cuando me lo encuentre por los pastos. Pero que nunca, nunca, aparezca Heidi.

Ainara Rivera. Taller de Escritura Creativa

6 comentarios:

Juanmi dijo...

Nunca se hablará lo bastante sobre esto, así que por más que sea un tema poco original, este hecho es totalmente secundario.

Ponerse en la piel de este niño ha sido de lo más terrible que he hecho nunca, así que enhorabuena, porque has transmitido perfectamente el horror. Ha sido espeluznante, a pesar de lo cual me ha encantado. La crudeza, explicado desde la psicología y la expresividad de un niño, el drama familiar...

Contra la violencia en el hogar, SIEMPRE!!!

Felicidades Ainara

Anónimo dijo...

Muy emotivo, Ainara, felicidades por haberte metido en la piel de un niño y lograr transmitir una experiencia tan delicada.

Lo único que a mí, personalmene, me ha despistado un poco al final y no me ha acabado de cuadrar es pàrrafo sobre Heidi...No se acaba de entender del todo, quizás?

Saludos,

Irene

Aula de Escritores dijo...

Me pasa lo mismo que a Irene, me ha descolocado un poco el final. Pero, al margen de eso, creo que has acertado con el tema en la semana que se ha commemorado el Día Internacional contra la violencia para con las mujeres.
Aunque pueda parecer que sobre la violencia se habla mucho, como dice JuanMi: nunca será lo bastante.


SOHO

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, Ainara. Has logrado trasmitir el drama desde la inocente perspectiva de un niño, y me ha emocionado.

Sonia Ramírez

Anónimo dijo...

Una historia cruda, triste y real.
Muy emotiva.
Me ha gustado mucho.
Milagros

Juanmi dijo...

No recordé preguntarte en su momento:

¿No quiere que aparezca Heidi, para no tener a nadie a quien hacer daño?