lunes, 5 de enero de 2009

SIGNOS COMPATIBLES

Ella
Al terminar de leer la carta de su amado desde su lejano destino, suspiró imaginando lo que él estaría haciendo esta mañana: saldría bañado bajo un tibio sol a comprarle el más hermoso ramo de rosas rojas de pétalos abiertos y brillantes como la que le pintó en la esquina del sobre de la carta, llegaría a su cuarto y con la ventanas bien abiertas alistaría la maleta cantando y silbando los románticos discos que le dedicaba por teléfono cada fin de semana, miraría con frecuencia la foto sobre el escritorio donde estaban juntos para sentir el eterno abrazo que los retuvo en el tiempo y sería lo último en empacar, antes de salir con el equipaje se aplicaría de nuevo la suave y dulce loción con que impregnaba las letras de sus amorosos escritos, un instante antes de cerrar la puerta repasaría su imagen frente al espejo para verificar cómo se presentaría ante los ojos que le interesaba ver en la estación, seguramente llegaría con una camiseta de cuello, a rayas y un pantalón de lino claro. Así lo continuó pensando ella mientras estuvo en el gimnasio haciendo bicicleta, banda y pesas temprano en la mañana antes de ir apresurada a sacar la ropa del armario para cambiarse entre tragos de café. En el baño se refrescó la cara y los brazos, miró por última vez el sobre con la rosa pintada “qué dulce es” pensó y salió sin cargar con más cosas que la emoción del encuentro.

El
Parado tras el empañado cristal de la ventana esperó que se detuviera la cortina de agua que cayó desde anoche, afuera el cielo gris lució más nublado con las olas de humo de los cigarros que gastó, el frío casi detuvo todo movimiento dentro del cuarto, solo sintió el latido de su pecho queriéndose salir por lo oídos y las ganas contenidas de ir al encuentro con su amada. Miró intranquilo el reloj varias veces y le pareció eterna la espera del taxi que lo recogió. Por el camino recordó que para ella todo motivo era una disculpa para armar una fiesta y se la imaginó convirtiendo este día en uno muy especial para él: antes de salir, al centro de la mesa dejaría colocada la torta negra con crema d e piña y trocitos de fresa mientras los vino tinto se enfriaban, -cómo le gusta complacerme sin pedírselo-pensó sonriente mientras se pasaba la mano por el pecho con ternura como tocándose el corazón,- ella confirmaría la lista de amigos que vendrían a reunirse, muy orgullosa y delicada organizaría el estante con la colección de muñecas que él acostumbraba enviarle con frecuencia. Antes de partir para la estación a encontrarse con él, iría a la peluquería por un peinado para la ocasión, escogería el bolso y los zapatos que le salieran con el sedoso y ceñido vestido y se tomaría un calculado tiempo en aplicarse maquillaje y labial.

Ellos
En la estación el cielo estaba despejado y radiante , cada objeto a su paso brillaba con luz propia, mientras se buscaban entre la multitud, las caras les miraban alegres y ella y él les respondían con un amable y sonriente saludo, a su paso el viento les acariciaba la piel y las ropas. Él se desabrochó la chaqueta de cuero y ajustó el blue jeans azul, con una mano rodaba la maleta llevando encima la bolsa con los regalos, una caja de corazones de chocolate y el libro Amores Sin Pena, ella se recogió el pelo con un gancho por en cima de su blusa roja y se estiró el pantalón de sudadera. De lejos se vieron, se acercaron presurosos, agitados, palpitantes, respirando entrecortados y fundidos en un apretado y prolongado beso pensando al mismo tiempo y en silencio “lo de más es lo de menos”.

Melqui Barrero

Ejercicio con elementos espaciales ambientales asociados a la caracterización d e los personajes

3 comentarios:

milagros dijo...

Muy romántico.
Me ha encantado. Aunque eso de poner a enfriar el vino tinto, no sé...(es broma)

Sonia dijo...

Me ha gustado mucho. Cada uno imaginando del otro una determinada actitud ante el encuentro que en realidad ninguno tiene. Pero lo esencial, lo que es más difícil de conseguir sí que está, así que el resto no importa nada.
Muy bueno.

Juanmi dijo...

Y qué cierto es Melqui...

Lo único importante son las personas y lo que sienten. Todo lo demás es superfluo.

Has sabido dibujarlo perfectamente, y me ha gustado mucho.

Enhorabuena.