sábado, 20 de junio de 2009

Regalo de Boda

No mamá, no pienso claudicar, repetí con la fuerza del viento mientras mi madre insistía.
Comenzó con motivo de mi boda.Recibí dos lamparitas , regalo de mis tios Enriqueta y Robert. Sin ánimo de exagerar eran horribles, vi con claridad que “aquello” no sería lo que yo viera cada mañana al despertar.
No ponía en duda su valor, ni siquiera que se tratara de piezas únicas, con motivos incunables del zodíaco, cuyas bases era imitación de las estacas para acabar con los vampiros.
Unas semanas mas tarde recibimos la inesperada visita de mis tios, creí morir, ¡Dios¡ que terror, vaya encrucijada! Corrí apresuradamente al dormitorio y coloqué sus lamparitas sobre las mesitas al tiempo que escondía las mias, luego corrí al salón. --¿ como quedó nuestro regalo ¿-- preguntaron con cara de satisfacción, -- juzgar vosotros – contesté . La sorpresa fue cuando vimos dos ráfagas de luz saliendo por debajo de la cama.



Valentina junio 2009

1 comentario:

Sonia dijo...

jajajaja. Me ha hecho reír. Esos regalos de boda horrendos, que se esconden en el fondo del armario hasta que llegan los que los regalaron tan contentos, jajajaja... Muy divertido.