lunes, 22 de junio de 2009

PAYASO

SHOW MUST GO ON

Ronie salió a la gran pista del circo. Aquella pista era su vida, casi cincuenta años creando ilusiones y risas en aquel escenario. Junto a él su inseparable Owen, con aquellos zapatones inmensos que tantas y tantas veces habían hecho tropezar a Ronie provocando las carcajadas de niños y mayores. Tras diez minutos de despropósito absoluto y de verdaderos ataques de risa por parte del público, Owen intuyó que ésta podría ser la última gran actuación de Ronie. Después del último tropezón con sus grandes zapatones no tuvo más remedio que ayudar a Ronie a incorporarse. Ambos intercambiaron una mirada mezcla de dolor y confidencia; tras esa mirada se adivinaba un código no escrito, “el público no debe saber nunca que el payaso llora”.


-Mírame Ronie, soy Owen. Mírame amor mío. No debí dejarte salir esta tarde, quizás la última tarde… Tu mirada me lo dice todo. No te preocupes…recuerdo nuestro código:”el público no debe saber nunca que el payaso llora”. Desde que te detectaron esa maldita enfermedad…no llores por favor, aunque fíjate, el público ríe cada vez más.

Ronie volvió a caer varias veces más. Incluso sentado en su silla roja de topos verdes cayó como un muñeco de trapo. Owen siguió con el número circense incorporando aquella especie de ciclomotor con tubo de escape de mil explosiones. Ronie seguía sentado en su magnífica silla roja de topos verdes disparando a Owen con aquella pistola de chorros de tinta.


- La vista se me nubla y las piernas tiemblan. Ya no soy el Ronie de las grandes tardes de circo. Incluso mis niños de ayer son hoy mayores... No sufras Owen, no sufras amor. Siento como esta maldita enfermedad me aparta cada día más de la pista, de mi público y de ti. Tantas tardes maravillosas, tantos tropezones con tus enormes zapatones, esa silla roja de topos verdes…No sufras Owen, mi llanto es su risa y su risa mi vida. Mi querida Owen, increíble como payaso y aún mejor como esposa. Siento en tu mirada nuestro código. El espectáculo debe continuar.

Conrado S.

8 comentarios:

Sonia dijo...

Hola Conrado,

Muy bueno. En su brevedad consigues transmitir mucho. No hay nada más triste que las lágrimas de un payaso.

Mar dijo...

Me encanta precisamente la brevedad a la que alude Sonia. Una historia muy triste en un trasfondo cómico. Enhorabuena por la elección del motivo.

Dyna dijo...

Hola, Conrado:

En pocas lineas consigues dotar de un bellísimo sentimiento a esta historia.
He vibrado con ella, está muy bien contada y tu vocabulario es muy bueno.

¡Esto sí qué es un relato breve!

FELICIDADES.

Joan Villora dijo...

Muy bueno.

Es cierto que transmites mucho sentimiento en muy pocas líneas, además consigues también una historia muy clara, toda escena y en multiperspectiva.

Aunque me parece que te has liado con el orden de los narradores; has puesto un omnisciente, un testigo, un cámara y un protagonista, en este orden, saltando de 3ª a 1ª y de ahí otra vez a 3ª, para acabar en 1ª, que es muy brusco, pero fácil de cambiar (segundo párrafo por el tercero y ya está).

Felicidades.

Joan.

CONRADO dijo...

Muchas gracias a todos por vuestras críticas.

Marien dijo...

Hola Conrado,
Muy buena historia, breve pero con ritmo y con mucho sentimiento. Me ha encantado como lo cuentas.

milagros dijo...

Me ha gustado mucho tu historia. Transmite mucho sentimiento en pocas líneas.

Palafox Gelover dijo...

Conrado,
Lamento la tardía intromisión por estos rumbos. He visto varios relatos firmados por ti. Dejame de cirte que me ha gustado mucho este. En tan cortas líneas has dicho tanto que no puedo mas que aplaudirte por eso.
Se me hizo ver una adaptación de la ultima y cuarta representación de "el enfermo imaginario" de Molier... y pude verlo tal cual: enfermo hasta los tuetanos y diciendo "show must go on"...
Felicidades.