jueves, 23 de octubre de 2008

Los brazos de la locura

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La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la sabia resolución de volverse loca"
Enrique Heine
***********************************************************************************************El movimiento del coche provocaba una ilusión en sus ojos... su entorno corría en dirección contraria… mientras el vehículo se dirigía hacia el norte, todo parecía desplazarse al lado opuesto... un paralelismo muy apropiado a su vida, pensó.
El coche se detuvo frente a una casona antigua cuya fachada era como la de un cuartel militar. Algo se removió en su interior, como si su materia se negara a cruzar el umbral, que la llevaría a otro mundo, otra dimensión. -"Un lugar mas adecuado para sus cambios bruscos de personalidad"-. Fueron las palabras de su madre al hablar por teléfono...
¿¡¡"un lugar adecuado"!!?. ¿Qué habría querido decir? ¿Acaso su habitación, su casa no eran adecuadas?.
Si lo único que le turbaba era justamente que invadieran su espacio, que tanto le había costado adaptar!... las pinturas, los posters de monstruos y vampiros (con lo difícil que fue conseguirlos), los colores oscuros para ver las estrellas pintadas en su techo y restos de pared… No entendía cómo todo podía haber cambiado así... tan de repente.

Mientras, en compañía de su madre, entraba por aquella bóveda de pasillo que culminaba en un espacioso patio… sabía que no podría alterarse... eso sólo pondría en alerta a toda una comunidad de energúmenos de cuerpos anchos y cerebros diminutos que lograrían franquear sus fuerzas y probablemente atarla o encerrarla… así que debía ser cautelosa y poner sus sentidos en calma para no provocar ningún tipo de atención. Era consciente de que sus explosiones eran absolutamente peligrosas… de hecho, creía empezar a recordar cuál había sido el detonante de su comportamiento salvaje con el novio de su madre. ¡Maldita rata asquerosa! ¡quiere deshacerse de mi!… tenia abducida a su madre. ¿Quién estaba realmente loca? ¿Ella, por intentar exterminar a un roedor de alcantarilla... o su madre por querer seguir acostándose con él?.
Cómo conseguir que alguien la atienda sin juzgar su apariencia descuidada y su personalidad bipolar... ¿Quién iba a creer en ella?... Los pocos minutos que tardaron en cruzar la entrada hasta el patio parecían correr mas lentos de lo normal.. Al adentrarse en el patio observó… algunos de los enfermos estaban paseando por el mismo sin ningún tipo de camisa de fuerza ni esposas… eso la relajó… un poco. Mientras su madre se apresuraba a cruzar rápidamente, ella se intentaba retrasar… entonces, sus ojos se encontraron con los de un chico algo mayor. Éste la miraba desde un extremo del patio, fijamente, sin disimular. Al ver que ella correspondió a su mirada, empezó a acercarse, sin prisa, como si marcase el ritmo de sus pasos. El corazón de ella empezó a acelerarse… ¿temor?, ¿curiosidad?, ¿empatía?... No tenía claro lo que estaba sintiendo pero no pudo moverse. De pronto, una voz conocida la sacó de inmediato de esa especie de hipnosis… era ella, su madre, que la animaba a seguirla... la miró, ausente... No quería romper más esa conexión que había encontrado con aquel interno que seguía acercándose. Le hizo una señal diciendo "sigue, ya voy". Su madre, asumiéndola loca, la dejó y entró hacia la consulta, para firmar cuanto antes los documentos que encerrarían a su hija para siempre y así poder vivir la vida que anhelaba.
Él se detuvo a solo un palmo de distancia de ella… podía sentir el calor de su cuerpo, su olor, su respiración excitada... pero sus ojos escondían algo y al parecer pretendía compartirlo con ella. Fuese lo que fuese, estaba allí delante y ella no quería alejarse, esperaba algún gesto, una frase transcendental de su extraño acompañante… entonces, ocurrió. " Ven conmigo", le dijo éste... ella empezó a seguirlo… ,el por qué no lo entendía, sólo sabia que debía hacerlo.
Llegaron a un cuarto con muchos cables y lucecillas, él la miró y arrancó algunos cables del panel diciendo -"para que no puedan abrir las puertas"- sin tener idea, pero al mismo tiempo, de alguna forma sabiendo exactamente lo que ocurriría, preguntó ella -pero... ¿y nosotros?. -él sonrió, acarició su mejilla y respondió -Ya estamos fuera-… inmediatamente sonó una alarma... Ella, confundida, le miró buscando una respuesta, pero él la tomó de la mano y echó a correr. Había una escalera de pintor en la parte trasera del recinto por la cual escaparían. Él la hizo subir primero para tirar la escalera y así no dejar pruebas de su fuga. A los pocos minutos de estar corriendo, ella sintió un estremecimiento extraño, como si algo ardiese dentro de su cuerpo. Se detuvo y dijo -mi madre-. Él quiso tranquilizarla explicándole que "las oficinas y consultas tienen otra puerta por la que seguro escaparán médicos, resto de personal y seguramente tu madre también"... él no la había entendido... pero, lejos de relajarla, la decepcionó.
Años más tarde, ambos volvieron... eran otras personas... ninguno de los dos parecía lo que realmente era... se habían convertido en unos expertos furtivos... su buena presencia, la dulce expresión de ella, la inteligencia psicópata y sociópata de la que ambos eran portadores les había ayudado a cometer casi una decena de estafas culminadas en perfectos asesinatos, pero nada había saciado las ansias ocultas de venganza hacia esa mujer llamada "madre"... ella era la invisible responsable de todos los acontecimientos que se habían sucedido en su vida... así que decidió buscarla y acabar con su tortura de rencor. Entre sus múltiples cambios de aspecto y personalidad encontró una adecuada para poder buscar a su madre sin levantar sospechas...

El centro aún existía. Habían muerto todos los pacientes en el atroz incendio que había provocado. A él, una ola lo recorrió por dentro ya que sabía el tipo de prácticas a las que sometían a los enfermos del lugar… él mismo había sido víctima de ese tipo de vejaciones; al menos se había terminado ese continuo sufrimiento, Pensó.
Ella se enteró,que su madre,la creía muerta y tenia una tumba vacía con su nombre,poco después,se había casado,pero fue su perdición a solo dos meses de casarse, había sido ingresada en el mismo psiquiátrico después de matar a su infiel marido e intentar suicidarse. Así que se presentó en el centro, suplantando el lugar de una joven residente que tenía que presentarse a las prácticas, no sin antes encargarse de que ésta no apareciese. Al ingresar, la enviaron a revisar archivos, no sabían el favor que le habían hecho, pensó, así encontraría rápidamente a su madre… su búsqueda dio frutos inmediatos… leyendo su historial, una ola recorrió sus entrañas al encontrarse con el siguiente párrafo:

"Al enterarse la paciente de las vejaciones a las que la víctima (su marido) sometía a su hija, a través, de unos vídeos encontrados, asesinó fríamente a éste, mientras dormía, asestándole más de veinte puñaladas entre pecho y abdomen. Acto posterior al asesinato fue cortar los genitales y escribir con sangre de los mismos en el espejo "perdóname hija", capítulo que intentó cerrar con un suicidio que, al resultar fallido, repitió en dos ocasiones más en el hospital donde estaba ingresada por lesiones; decidiendo así, su ingreso inmediato en el centro".

El texto continuaba con indicaciones médicas que ya no le interesaba leer.
No sintió alegría… tampoco pena… simplemente pensó que cada una tenía lo que merecía.

Así que fue en busca de su ahora compañero diciendo... se acabó.

Escrito por: Jessenea Chávez

6 comentarios:

Aula de Escritores dijo...

Uffffffff. Menudo final.
Me ha impresionado. No me lo esperaba. Muy original

Leo

Anónimo dijo...

Me ha dejado la piel de gallina... solo espero que este relato no esté "basado en hechos reales".

Ainara.

Aula de Escritores dijo...

tomaaaaa! que violento. interesante!
David

Aula de Escritores dijo...

Me ha sorprendido mucho. No parecía que los protagonistas llegarían a tal nivel de locura... ¿o de sabiduría? jejej

Manuel.

Aula de Escritores dijo...

Impresionante! Me dejo sin aliento y reflexionando sobre la locura. Gracias y felicidades de verdad.
Libertad Ordovas Joven

Anónimo dijo...

Me encanta. Felicidades