miércoles, 29 de octubre de 2008

EL POSTE

Se sentía inmensamente solo. Hastiado de tantas charlas inútiles. Agobiado de ser el poste emisario de millones de recados, seguramente muy importantes para quienes los enviaban y recibían. Para él, simples palabras. Frases cotidianas, repetidas, aburridas. Y luego estaban las universales, no las aguantaba. Sentía que si oía un ¿dígame? más, reventaría. Recordaba que de muy joven todas las conversaciones le atraían. Se involucraba en las historias. Después solamente le divertían las extranjeras. Era fantástico escuchar los líos que se formaban entre las operadoras y los usuarios. Ninguno dominaba en realidad el otro idioma. Sabía que se entendían finalmente porque intuían lo que la otra persona les pedía. Tampoco existen muchas modalidades para llamar por teléfono.
Con el paso de los años había aprendido algunas frases en varios idiomas. ¡vaya desperdicio! No tenía a nadie a quien decírselas. En su mundo, sólo estaban él, los cables y las frases de los demás.
Después llegó la mala noticia. No más llamadas al extranjero. Los satélites de comunicaciones eran una realidad. Solamente quedaban las llamadas nacionales. Eso fue lo que cambió su estado de ánimo para siempre.
Su única esperanza era que algo sucediera. Alguna llamada verdaderamente importante que le diera en que pensar… no llegó jamás.
Por eso se sentía más sólo que nunca. Aburrido de escuchar que en Galicia llovía. Harto de los romances de los jóvenes. Deprimido por los pleitos de familias desquiciadas. Sabía que nunca podría hablar con los otros postes. Le habría gustado saber cómo se sentían, qué pensaban. Ya solo quedaba rezar para que un rayo le partiera. Era la única salida a tanta frustración. Jamás viajaría a otros parajes, no podría llamar y contar como era el clima del sitio visitado. Ni siquiera podría saber lo que costaba una llamada. Estaba destinado a ser un poste, aunque no era eso lo que le amargaba. Era el saber que había otros mundos, otras formas de vida.
No podía ya pensar más. No quería. Deseaba la muerte más que a nada en el mundo.
Por fin llegaron las lluvias. Eran intensas y venían acompañadas de tormenta eléctrica. Los fuertes vientos le silbaban alrededor. Tuvo que esperar varios días hasta que su rayo salvador le partió casi por la base. ¡Brum! Cayó con un fuerte estruendo. Las hojas del suelo volaron con el impacto. Apenas le había dolido.
Se quedó tumbado mirando al cielo. La agonía duraría poco. Sintió una paz profunda. Conoció el silencio. A la mañana siguiente llegaron unos hombres en una furgoneta. Apenas entendía lo que decían, frases entrecortadas y varios gritos. Vestían trajes naranjas llamativos. Pudo oler el diesel que la furgoneta despedía. Lo rodearon con una cuerda gruesa y escuchó un nuevo motor que se encendía. Con angustia sintió como lo levantaban. El rayo le había dado en la base y podría ser reparado afirmó uno de los hombres. Estando en pie vio cómo le ponían una base nueva. Era una plataforma de concreto casi invencible.
Los hombres se subieron a la furgoneta y se marcharon rápidamente. Se quedó solo y aterrorizado. De pronto, oyó una voz que le sonó conocida. Hola, ¿cómo estás? Comprendió que estaba de nuevo atrapado en su realidad. Decidió no escuchar las voces. Nunca más les prestaría atención. Se limitaría a ser un poste como los demás, sin involucrarse en las llamadas, sin ser parte de su historia. Sin tratar de comprenderlas. Y justo en ese momento, se dio cuenta de que no le quedaba nada….

Libertad Ordovás Joven
Taller de Relato

4 comentarios:

Aula de Escritores dijo...

Tengo que reconocer que al principio no he sabido reconocer al protagonista, pese a estar claramente explícito lo que es.
Muy bueno.
Resulta escalofriante pensar en todas las historias desoladoras que podríamos contar si dáramos vida a lo que nos rodea.

Manuel Santos.

Aula de Escritores dijo...

ES MUY INTERESANTE POR QUE EL POSTE NOS ENSEÑA LA RAPIDEZ CON LA QUE CAMBIAMOS LAS EMOCIONES, CON LA QUE TODO TRANSCURRE, SIENDO NOSOTROS MEROS ESPECTADORES DE NUESTRA PROPIA VIDA SIN QUE PODAMOS HACER NADA PARA RESOLVERLO, SI NO LA ESPERA DE ALGO QUE PUEDE O NO PUEDE OCURRIR, POR QUE ES IMPOSIBLE.
UN SALUDO
...SOMBRAS...

Anónimo dijo...

Muy bueno. Felicidades amiga!!! NV

Anónimo dijo...

Felicidades