lunes, 27 de octubre de 2008

Criaturas

De hecho era irresistiblemente guapa. Mostrábase infatigablemente vital, energética, ilusionada. Sus blancos rizos emanaban una gracia y cariño naturales. Una criatura de tal insistencia afectuosa, tal apego incondicional que sin darse cuenta la tenia arrapada a sus pies, siguiendo juguetonamente el más ínfimo movimiento.

No tubo mas remedio que autoconvencerse de su buena fe y enorgullecerse de su buena acción. Pero cada vez que lo revivía, que graso error! Cómo pudo acoger a tal mascota así como así, sin valorar ventajas e inconvenientes?! Lo que menos soportaba era el penetrante e incesante hedor canino de dejadez y descuido. Y esa pelusa blanca omnipresente! En cualquier bolsillo de los elegantes trajes, en sus preciados calcetines de algodón, en la bañera! Quién cojones era esa perra para obrar así, desmoronando su cuidadosamente construida reputación, su pulcra imagen, esa meticulosamente calculada existencia suya!?

Tampoco pudo evitar asustarse al sorprenderse a sí mismo en busca de un amo al que acoger.

David Long

1 comentario:

Aula de Escritores dijo...

Sensacional! Me encanto que me sorprendieras con que era un perro tambien! Amo a los animales y tengo perrita, muy bien descritos los inconvenientes y las ventajas. Felicidades!
Libertad Ordovas Joven