viernes, 31 de octubre de 2008

Ayer le arranqué las uñas a mi padre con unas tenazas oxidadas. (Albert Monforte)

Ayer le arranqué las uñas a mi padre con unas tenazas oxidadas. No suelo usar mucho mis herramientas, más de una vez las he dejado olvidadas por el jardín y, claro, con la humedad se acaban estropeando. Recuerdo cuando mi madre me regaló la caja, un set perfecto de bricolaje, lleno de compartimentos con clavos, tornillos, tacos. Fue un gran regalo, me hizo mucha ilusión. Creo que fue por mi veinticinco cumpleaños. Hicimos una fiesta en el jardín, invité a Juan, mi mejor y único amigo imaginario, soplamos las velas del pastel, bailamos, bebimos vino y whisky y fumamos cigarrillos hasta hartarnos. Recuerdo que Juan también trajo un regalo, una camiseta de Jabba El Hutt, el sapo gigante asqueroso de Star Wars. Lo que ya no sé es si la camiseta era verde o negra, al final era de un color intermedio de tanto que me la puse. Yo suelo llevar camisetas. No me gustan las camisas, son un engorro con tanto botón. Pero eso sí, me cambio cada día, puedo ser un tipo algo informal y desordenado, pero no sucio. Lo que no he conseguido nunca es lavarme los dientes al mediodía, es un hábito que no consigo adquirir. Así que solo me los cepillos dos veces al día. Me suelo duchar por la mañana, normalmente tengo que esperar a que mamá salga de la ducha, me pone un poco nervioso que tarde tanto pero bueno, tampoco pasa nada por esperar, la vida es eso, espera, ¿no? No sé lo que esperamos pero esperamos, nos pasamos la vida sentados esperando. No sé quién me dijo eso, quizás fue mamá. La verdad es que la pobre empieza a estar un poco vieja y desastrada, últimamente se cuida poco, no me extraña porque no es fácil maquillarse sin dedos. Le regalé una bata rosa para su santo pero no se la pone, eso también me enfada y me pone triste. Lo que me molesta más es que esté todo el día con los rulos en la cabeza, no sé por qué se preocupa de sus rizos si está medio calva. Además debería preocuparse más por comprarse un ojo de cristal, da un poco de grima mirar la cuenca vacía de su ojo derecho. Lo haría yo, lo de comprarle el ojo de cristal, pero es que no sé su talla, tampoco sé de qué color quiere el ojo, no sé si le apetece que haga juego con el que le queda o le hace gracia jugar a tener los ojos de dos colores diferentes, como Elizabeth Taylor, era Elizabeth Taylor, ¿no?, la de los ojos de dos colores, nunca supe si se referían a que tenía un ojo de cada color o que cada ojo tenía dos colores. Pero si cada ojo tenía dos colores y esos no coincidían con los del otro ojo, entonces dirían que tenía los ojos con cuatro colores, ¿no? Dicen que Elizabeth Taylor se casó siete u ocho veces, pero de ellas tres o cuatro con el mismo, Richard Burton. Parece que no tenían las ideas claras, pero supongo que se debían querer mucho si lo volvían a intentar después de tantos fracasos. En el fondo admiro a la gente que es así, son tenaces. Hablando de tenaces, a ver si me acuerdo de guardar las tenazas en la caja, no quiero que se oxiden más.

4 comentarios:

Aula de Escritores dijo...

ME HA GUSTADO BASTANTE, AUNQUE DESDE MI PUNTO DE VISTA NO ME HA QUEDADO ACLARADO MUY BIEN LA RELACION DE LOS OBJETOS QUE NARRAS EN UN PRINCIPIO CON LOS PERSONAJES QUE INCORPORAS DESPUES, CREO QUE EL MENSAJE NO ESTA MUY DEFINIDO.
...SOMBRAS...

Aula de Escritores dijo...

Lo mejor, el título. No dudas ni un segundo en empezar a leer. Y cuando inicias la lectura, sin darte cuenta se ha acabado... muy bien escrito, me encanta el ritmo que va hilando los pensamientos y las descripciones, tan impactantes como visuales...

Muy bueno. Aunque no sea un relato redondo, con principio y final, mantiene el interés del lector desde el título.

Ainara Rivera

Aula de Escritores dijo...

Muy bueno; según leía no podía evitar sonreirme.
Es macabro/cómico.
Creo que la secuencia de los acontecimientos es acertada.

Antonio.

Aula de Escritores dijo...

Muy curioso. Por suerte es corto, ya que llega un momento en que piensas que estás leyendo una serie de divagaciones que difícilmente te van a llevar a un punto en concreto (tampoco es necesario que lleguemos a una conclusión muy clara, no?)
Hay algunas cosas muy divertidas, pasa bien.

Un saludo.
Manuel Santos.