jueves, 21 de octubre de 2010

Mis mareas - por Antoni

Como cada mañana despertó, pero esta vez una extraña sensación le inquietaba.
Creyó haber dormido mal, pero ya desperezado prestó atención a que aquello no era normal.
Una fuerza tiraba de él. Su piel se estiraba en dirección a una ubicación desconocida y sus músculos parecían seguirles. Desnudo se miro en el espejo y vio su rostro, extremidades, torso, alargados, estirados por aquella energía.
Pensó en ir al médico, pero les tenía fobia, así decidió pasar el día con el deseo que aquello cesara.

Durante la jornada hubo momentos que la fuerza menguaba y su cuerpo volvía a su posición normal, pero al atardecer llego lo peor. Aquella influencia se reactivo con poder sublime. Su piel, sus músculos y órganos querían abandonar el soporte de sus huesos. Los ojos se salían de su cavidad, la lengua se tensaba, su corazón ya latía a un palmo de él.

Se apresuró a buscar una explicación y entonces se dijo: “una nueva luna domina mis mareas”.


4 comentarios:

Aula de Escritores dijo...

¡Me encanta la última frase! El relato transmite una especie de angustia bien controlada.
Lúa

Anónimo dijo...

Muy interesante

Saludos
Ferran Villergas

Antoni Esteve dijo...

Gracias!

Anónimo dijo...

Muy bien descrita la escena, podía sentir perfectamente lo mismo que el personaje.
Mary Aranda