Cuando la guerra, mi amiga Fátima y yo, tan pronto oíamos sonar las sirenas, corríamos asustados a mi casa a refugiarnos debajo de la vetusta mesa de roble. Una de esas veces, después de un duro bombardeo que duró horas, me quedé dormido y soñé que generales y mandatarios de ambos bandos firmaban la paz sobre esa misma mesa. Al despertar, Fátima seguía conmigo y el brillo de sus lágrimas en la oscuridad encendieron mi corazón. Nos amamos por primera vez, sin importarnos qué ocurría ahí fuera.
Ignasi Raventos
Curso de Narrativa. Ejercicio de microrelato
4 comentarios:
Ignasi, ¡Es bonito hacer el amor, mientras fuera se hace la guerra!
El amor lo puede todo
Ignasi, un microrelato muy bonito.
El amor y la guerra es una mezcla que da lugar a bonitas historias.
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