La maleta
Tiré la maleta al contenedor de basura y esperé a que el camión de recogida se la llevara. Volví a casa y la encontré en la puerta. Al día siguiente me la llevé a una montaña y la prendí fuego. No me marché hasta que la consumieron las llamas pero al regresar la descubrí en el dormitorio. Pensé que a lo mejor era yo quien tenía que marcharme de casa. Dejé la maleta y me fui a vivir a otra ciudad. Cuando estaba instalándome en mi nuevo hogar picaron a la puerta, era un mensajero que traía un paquete. Lo rompí y apareció otra vez. Decidí entonces partir a una isla desierta. En ella construí una cabaña en un árbol. Por la noche escuché un fuerte golpe en el techo, las cañas se rompieron y la maleta cayó a mis pies.
Inconcreción
El sueño de la rata era poder volar. Un día se encontró una lámpara maravillosa. Al frotarla apareció el Genio: — ¡Deseo ser ave! — exclamó la rata y el Genio la convirtió en gallina.
Alteración de estómago
Cuando fui al lavabo, el dinosaurio ya había estado allí.
2 comentarios:
Buena ronda de microrelatos, malditos genios, maletas y estomagos de dinosaurios.
Me he reído mucho con los 3!!
Gracias Oleguer, la verdad es que el microrelato es un género que he descubierto en el curso. En mi opinión se encuentra a mitad de camino de la poesía y la reflexión, muy acorde con los tiempos que corren donde lo que piensas tienes que decirlo rápido y de forma impactante para que cale.
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