viernes, 9 de enero de 2009

los amantes del cine polar ártico

Ante nosotros la pantalla comienza a rezar poesía. Las imágenes se vuelven hipnóticas y ya no podemos apartar los ojos de ellas. Siento al resto de la sala respirar con Ana y con Otto el piloto, tocar el hielo blanco, y estrujar sus corazones rojos hasta llorar de placer. Nos estamos enamorando, todos a la vez. Y una oportunidad así no se puede desaprovechar. Así que me levanto y con mucho cuidado me pongo a gatear por el suelo, hasta las butacas de la primera fila. Nadie se entera, claro, de que alguien maúlla sobre la moqueta del cine... Todos están muy ocupados enamorándose. Me coloco detrás de la pantalla, justo donde Nawja se come su bocadillo.

Aquí hace frío, y noto las casualidades chocar nerviosas a mi alrededor. Y yo... yo estoy esperando la casualidad de mi vida. Cierro los ojos y los abro despacio... sí, la pantalla es transparente como el agua polar, como había esperado. A través de ella miro boquiabierta más de cien caras sonrosadas, algunas llenas de vergüenza, ojos llorosos, sonrisas tímidas... y todas me miran intensamente. Empiezo a tener tanto calor: todos se están enamorando de mí, creo que nunca había sentido tanto calor... mi cuerpo empieza a vibrar... creo que me bajaré de aquí... empiezo a marearme y ha sido una travesura peligrosa... demasiado amor para una sesión de cine... Pero entonces resbalo y, cuando creo que voy a caer sobre un señor muy moreno en la primera fila, Otto me recoge con su avioneta. Y salimos volando del cine, muy rápido, hacia el círculo polar ártico... nos alejamos rápidamente pero aún así todavía noto el calor hirviente que desprende la sala de cine. Quien le mandaría a Julio hacer películas con tanto amor...


Elena.-

2 comentarios:

Juanmi dijo...

Qué bonito Elena. No puedo añadir más que ya quisiera yo poder vivir aunque fuera en sueños algo asi, y que no doliera...

Precioso, a veces vale la pena soñar y volar...

Sonia dijo...

Muy bonito e imaginativo, Elena.
Además justo este fin de semana he vuelto a ver la película y me he reenamorado de Otto...

Me ha encantado la imágen de toda una sala de cine enamorándose a la vez. Felicidades.